Uno a uno con Javier Castillejo WBC TALKS

Uno de los campeones españoles más queridos en el mundo entero, es sin duda alguna Javier Castillejos quien hoy nos acompañó en nuestros ya tradicionales WBC Talks en su edición 48 y que en días recientes fue nombrado como “Héroe de la Humanidad” por el WBC por su labor altruista para ayudar a quienes más lo necesitan en medio de la emergencia sanitaria por el COVID-19.

Javier quien el 29 de enero de 1999 vencía a Keith Mullings para coronarse campeón mundial WBC, nos platicó que en su niñez practicaba karate; sin embargo, su paso por las artes marciales fue muy corto ya que prono descubrió su pasión por el boxeo.

Conocido como el “Lince de Parla”; Javier regresó a España esa época de los 60 / 70 cando el boxeo vivía su mejor momento, pues cuando se coronó campeón mundial habían pasado 22 años sin que esa tierra tuviera un monarca.

Castillejos nos llevó de la mano por su andar por los encordados desde que debutó como boxeador amateur, su paso al terreno profesional y los primeros campeonatos, uno como monarca nacional y después como europeo.

Recordar la noche de su coronación fue de esos momentos que dibujaron una sonrisa en su rostro, pues es cristalizar un sueño por el que un boxeador trabaja día con día. “Recuerdo que esa noche bajé del ring, feliz de haber ganado, pero fue hasta el otro día, cuando desperté, fui al baño, vi en el espejo los golpes de batalla, volteé y vi mi cinturón y comprendí lo que había pasado: me había convertido en campeón del mundo en una pelea que había dejado huellas físicas”.

La plática nos llevó al día en que enfrentó a Oscar de Hoya en el MGM de Las Vegas, Nevada, un día sombrío donde Oscar le arrebató el título. En este punto y sin demeritar las habilidades y calidad boxística de su rival, Javier explicó que esa no había su mejor noche, habían pasado muchas cosas en torno a ese encuentro, incluso se preguntó si la historia hubiera cambiado si él estado en su ciento por ciento.

La última vez que Javier subió al encordado fue en 2009, pero la pasión y el amor por este deporte, no podrían terminar ahí, así que decidió transmitir toda su experiencia y conocimiento, lo que lo llevó a abrir su escuela de boxeo en su natal, Parla donde se están forjando las nuevas generaciones de campeones.

Una plática más que amena, que nos permitió conocer aún más a este gran campeón quien hoy en día nos sigue demostrando que los campeonatos no se ganan solo arriba de un ring sino también abajo, ayudando a la gente, siendo empáticos, solidarios y por sobre todas las cosas generosos.