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Por Andrés Pascual Publicamente, en actitud desfachatada y ridícula, ningún boxeador del buen tiempo ido era tan soez ni tan autosuficiente como muchos de hoy; es decir, hasta la amenaza “lo voy a noquear” era tabú y los ataques obscenos, la falta del respeto por ausencia de ética deportiva “desde la cuna”, ajenos a la caballerosidad del peleador. Cuando alguno confundió lo decente con el miedo que pudiera provocar el ataque desconsiderado, el acumulado de odio fue tanto, que, en los anales del boxeo, se archiva un caso en que se quebró la resistencia del ofendido, que provocó una fatalidad por semejante mala conducta: Griffith mató a Paret, porque el cubano se extralimitó, se dejó azuzar por sus manejadores y el ídolo de Islas Vírgenes lo odió tanto que quería matarlo y lo mató, le dio sin compasión. Es la trastienda promotora la que hace los shows de mal gusto que se ven y oyen previo a cada pleito; si hay gira promocional, hasta 10 veces, de acuerdo a la cantidad de ciudades que visiten, tienes que dispararte las exageraciones de brutalidad fingida, que concluyen entre besos y abrazos cuando el referí informe la victoria de alguno de los dos; aunque, vale la pena aclararlo, a veces la pelea tablas no genera ese gesto de amor a toda prueba. Debajo un lik a boxingscene.com, en que Oscar advierte que la pelea contra Rocky Fielding (27-1, 15 KO's), por la faja supermediana de la AMB, será muy peligrosa para el Canelo (50-1-2, 34 KO's), y lo dice sin comillas ni paréntesis, directo, él sabe cosas, pero la gente también: https://www.boxingscene.com/de-la-hoya-this-fight-very-dangerous-canelo--134613 De interés, están tratando de sacar del escrutinio público por corrupción a Las Vegas; es decir, quieren limpiar su estela de basura rehaciendo el show en el Garden, la única Catedral del Boxeo, que lo será siempre, aunque no pelee nadie más nunca allí; porque no se pueden resucitar a la cantidad de inmortales que pelearon en épocas diferentes las más Grandes Batallas del Ring, de sabor agridulce muchas, porque se dirimían otros asuntos en orden sociopolítico, digamos que entre los 20's-los 50's, como la lucha por el reconocimiento racial o ideológico, tal las batallas entre “arios y judíos” o entre negros y ambos grupos. Otro aspecto interesante ha sido cómo el grupo promotor del Canelo Alvarez ha logrado tal cantidad de dinero de la televisión, que nadie pensó fuera posible nunca, por lo menos para este boxeador, al conseguirle a alguien solamente bueno, sin rango de super-estrella en el ring, un contrato por 11 peleas supermillonarias, a un individuo que dio positivo y que lo beneficiaron con dos robos. Evitando Las Vegas, creen que podrán borrar los hechos lamentables que, de forma increíble, han utilizado para elevar al peleador mexicano a alturas inmerecidas por su verdadera clase, base del mega-contrato. DAZN falló un jab, será cosa de tiempo que reciba la derecha en riposta que le abra “las entendederas” por la metedura de pata; aunque, a veces, un peleador mantiene interés ajeno al paisanismo, porque este tipo de fanático espera, cada vez que boxee, que lo maten. Y ESO VENDE, es parte del legado May jr al pugilismo: “hazte odiar y tendrás mucho más público”. Se supone que, aunque en el pugilato suceden cosas, Rocky Fielding no le gane al Canelo, o nunca lo hubieran escogido para inaugurar el insolente e indebido contrato; Fielding fue “señalado” contrario de dedo, para lograr una primera pelea “súper” impactante, que llene los titulares de los más de 50 cronistas que pagan por debajo de la mesa para que comenten sobre lo que se supone que no sucederá y para que barnicen lo que pasó después del pleito que eleve al mexicano a alturas insospechadas, digamos que a nivel de May jr y de Pacquiao en sus mejores momentos. La media deportiva, especialistas muy opacos en publicidad, pueden decir lo que quieran, pero no convencer, porque es muy difícil convertir las palas en acontecimientos grandes y sublimes en Fistiana, sobre todo cuando todo el mundo puede apreciarlo por televisión o en vivo.

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