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Por Simón Piña El 27 de septiembre del 80 en la Arena Wembley El "Maravilloso" Marvin Hagler se coronó campeón mediano noqueando al inglés Minter Era también sábado, como ahora, hace 34 años en Londres, y la Arena Wembley. se encontraba engalanada en espera de la gran pelea donde su Campeón Mediano, Alan Minter defendía la corona contra el primer clasificado en los listados mundiales, el peligroso estadounidense Marvin Hagler. Apodado el “Maravilloso” por su técnica, su buena defensa y sus letales combinaciones, el calvo de USA era considerado un Campeón sin Corona entre los pesos Medios. Sólo lo separaba del título una noche gris que tuvo ante el anterior monarca Vito Antuofermo, quien unos meses antes, le enredó la pelea de tal forma que los jueces dieron un controversial empate que permitió a Vito retener el título. Sólo esta desconcertante demostración destacaba como un manchón en un traje blanco en la carrera del “Maravilloso”, porque sus dos tempraneras derrotas ante Bobby Watts y Willie Monroe las había vengado con creces poco tiempo después. Un empate ante el ex Campeón Olímpico Sugar Ray Seales, lo limpió luego hasta con un Ko en el 1er round. Lo cierto es que el Campeón Minter tenía ante si al retador perfecto; o bien para lucirse y consolidarse en el trono o también para dejar la corona sin remedio. El tercer hombre del ring sería uno de los mejores árbitros del momento, el panameño Carlos Berrocal. Pero Minter tenía sus pergaminos El zurdo Alan Minter exhibía un poco atractivo record de 38 ganadas y 6 perdidas para el momento de la gran pelea. Su record presentaba victorias sobre rankeados de la época como Sugar Ray Seales, Gratien Tonna, Tony Licata, Emile Griffith y los dos triunfos sobre el italo americano Vito Antuofermo ante quien ganó la corona por decisión en Las Vegas y después la retuvo pot Kot en Wembley. De modo que, si recordábamos la triste exhibición de Hagler ante Antuofermo y estos triunfos de Minter, no parecía descabellado el optimismo de los fanáticos ingleses. De todas formas, aun siendo el retador, el favoritismo de los llamados expertos recayó sobre el “Maravilloso”. La campana La pelea comenzó en medio de un gran silencio por parte de la afición inglesa que estaba preocupada por el record y la perfecta musculatura que exhibía este amenazante púgil venido de Boston. Minter lo superaba en estatura. Punto a favor, decían los ingleses- El Campeón lucía guardia zurda y unos largos brazos que buscaban mantener a distancia al calvo retador. Constantes jabs de derecha lanzaba el inglés, mientras Hagler movía su cabeza y su cintura evitando los zarpazos. El estadounidense lucía guardia siniestra también, pero esto era algo engañoso porque en realidad era derecho. Es por esto que, más de una vez, se le vio lastimar a sus rivales con el jab de derecha. Este no era un golpe de tanteo sino un puñetazo que hacía mucho daño. Minter movió muy bien sus extremidades durante el primer episodio y en momentos en que Hagler se acercó demasiado, buscó el amarre. Hagler, muy agresivo y veloz, se acercaba cada vez con más peligrosidad. El panameño Berrocal se desplazaba alrededor de los contendientes con armonía y rapidez, dando cátedra de buen arbitraje. El segundo round fue más activo todavía que el primero con un Hagler lacerando la humanidad de Minter con certeros zarpazos de derecha y amenazantes ganchos con la izquierda. A medida que pasaba el tiempo Minter se veía más incómodo y con más dificultad para detener aquel huracanado “Pelón” que cada vez pasaba más cerca con sus peligrosisimos ganchos. Minter retrocedía y se agarraba como podía. En el tercer round Hagler salió decidido a liquidar aquello. Parecía recordar la pelea con Antuofermo en la cual, debió concluir la pelea con ventaja suficiente, pero los jueces decretaron un sorpresivo empate que aparentemente perjudicaba al “Maravilloso”. Esta vez, Hagler no quería darle trabajo a los jueces y se lanzó profundo a buscar el nocaut. El momento decisivo. Un terrible gancho de derecha por parte de Hagler hizo diana violentamente en el ojo izquierdo del inglés, quien se estremeció de pie a cabeza y se llevó instintivamente el guante izquierdo a su ojo lastimado. Permaneció unos breves segundos en esa posición en lo que parecía un abandono. Tanto Hagler como Berrocal, decidieron –sin proponérselo-, detenerse en espera de saber que haría el Campeón. El árbitro panameño hizo una seña pidiendo acción, a lo cual Hagler respondió con un ataque feroz que zarandeó a Minter por todo el ensogado. El inglés buscaba desesperadamente agarrarse y lograr una pequeña tregua en la acción, pero Hagler no soltaba la presa y arreció su ataque con ambas manos. Minter andaba a la deriva cuando el referee Carlos Berrocal detuvo el combate. No se precisó si fue por el intenso castigo que recibía, por la sangre que manaba de su herida o por ambas cosas, pero Berrocal paró acertadamente las acciones. Pero los Hooligans ingleses no lo creyeron así y protestaron ruidosamente la decisión del árbitro de parar la pelea. Botellas y demás objetos contundentes llovieron sobre el ring. El pánico se expandió sobre el cuadrilátero. Los asistentes del nuevo campeón lo cubrieron con una toalla. Mientras el árbitro Berrocal ponía pies en polvorosa y se escondía debajo del ring junto a otros que huían de la lluvia de impactos. Angustiosos minutos transcurrieron antes de que “la flema inglesa” volviera a la calma. El resultado era que Hagler, ahora si, era el nuevo campeón peso Mediano. Unos años después, el árbitro Berrocal, me diría en Maracay que esa era el susto más grande de su vida y la vez, el momento en que sintió la muerte más cerca. Se inicia el gran reinado de Hagler El mundo sentía, con la llegada de Hagler que, después de tres años de Campeones irregulares, una vez que se retiró el argentino Carlos Monzón, ahora había llegado un Campeón de verdad. Monzón tendría un digno sucesor. Y no se equivocaron, quienes así pensaron en aquella oportunidad. Hagler ejerció una ferrea dictadura en la división, tal como su antecesor argentino, de 14 defensas de la corona. Cierto, que no todos sus rivales fueron grandes estrellas. Lo mismo ocurrió con Monzón. Pero enfrentó a varias de las grandes luminarias de la década de los 80. Thomas Hearns, John Mugabi, Roberto Durán, Ray Leonard. Ganó a los tres primeros y cayó en discutida decisión ante Leonard luego de lo cual anunció su retiro a mitad del año 87. Este 27 de septiembre de 2014 se cumplen 34 años años del inicio de aquel glorioso reinado del “Maravilloso” Marvin Hagler.

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