El campeón puertorriqueño René Santiago campeón de la OMB se impuso por decisión dividida al japonés Kyosuke Takami, monarca de la AMB, para unificar los títulos del peso minimosca en una pelea exigente y de alto nivel celebrada en Tokio.
Lejos de una pelea de intercambios continuos, el duelo fue un choque de estilos claramente definidos. Takami apostó por la presión constante, avanzando sin descanso y buscando imponer volumen y ritmo, mientras que Santiago eligió un planteamiento más cerebral, basado en el desplazamiento lateral, la lectura del rival y el contragolpe preciso. Ese contraste marcó cada asalto y condicionó la percepción del resultado.
El boxeador puertorriqueño, que ya había sorprendido al público japonés meses atrás al destronar a Shokichi Iwata, volvió a exhibir una notable capacidad para neutralizar la agresividad local. Sin asumir riesgos innecesarios, Santiago conectó los golpes más claros en muchos pasajes del combate, especialmente en los primeros rounds, donde supo frenar el ímpetu inicial de Takami y sumar asaltos clave en las tarjetas.
Takami, creció en la segunda mitad del combate, elevando la intensidad y obligando a Santiago a trabajar más en defensa. Su empuje fue evidente y le permitió cerrar varios asaltos con fuerza, aunque no siempre logró transformar su presión en impactos limpios y contundentes.
El resultado, aunque discutido en las gradas, fue un combate ajustado, con dos jueces inclinándose por Santiago (115-113 y 117-111) y uno otorgando la victoria a Takami (116-112).

