La carrera de Saúl Álvarez se está viendo de nuevo azotada por un nuevo escándalo que ensucia aún más el resultado de su última pelea.
Por si no fuera poco el bodrio lamentable que resultó ser el combate con Scull, ahora sale el cubano con unas declaraciones penosas y repugnantes que vuelven a poner en entredicho el resultado del pleito.
William dice que el organizador del combate le pidió que fuera suave con Saúl para que el resultado no afectará negativamente al siguiente evento del Canelo con Crawford.
Cualquiera diría que Scull habla producto del rencor por su reciente derrota ante el mexicano. Puede ser, no lo descarto.
Pero vayamos más lejos en nuestro análisis porque esta historia ya nos suena de algo.
¿Recuerdan ustedes cuando Kovalev hizo unas declaraciones similares tras su combate con el Canelo?
Hagamos memoria. Saúl y Kovalev se enfrentaron en un combate apresurado que terminó con un ko fulgurante a favor del mexicano. Apresurado porque el ruso no tuvo tiempo para prepararse, ya que se enfrentó con Anthony Yarde dos meses antes en una terrible pelea que acabó en el undécimo asalto.
Canelo y Kovalev combatieron en noviembre del 2019 con victoria para el mexicano. Tras el pleito, el perdedor declaró que no estaba bien preparado y que solo subió por dinero emborronando todo el resultado y parte de su propia carrera. Hasta ahí casi todos de acuerdo.
Años más tarde Canelo se mostró interesado en enfrentarse con Ilunga Makabu, para así hacer historia convirtiéndose en campeón del peso crucero, de hecho se produjo hasta un careo entre ambos boxeadores. Antes de ese suceso, Makabu perdió su título mostrando una falta absoluta de calidad boxística que puso en tela de juicio la calidad de aquel proyecto orquestado por el mexicano.
Viajemos de nuevo en el tiempo. Sitúense en el verano del 2023.
¿Recuerdan aquellas declaraciones de Badou Jack que ponían en tela de juicio la forma de negociar del equipo de Saúl?
Recuerden la oferta a Badou Jack, donde el sueco denunció públicamente que el equipo del mexicano quería imponerle una serie de cláusulas de peso que Jack consideraba peligrosas para su propio estado físico donde el campeón crucero debería bajar hasta un peso desorbitado para poder enfrentarse al mexicano. El combate jamás llegó a concretarse. Otro escándalo.
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Entre medias están otros fiascos como el de Yildirim o Ryder en México.
La declaración de Scull, tras el horripilante combate perpetrado por ambos, solo echa más leña a una hoguera que algunos llevamos un tiempo observando.
El prestigio del Canelo está en continuo retroceso. Su negativa a enfrentarse con los Benavidez, Morell o Beterbiev le daña en su prestigio personal.
Sus últimos combates con rivales de segundo y tercer nivel (como Berlanga, Ryder o Munguía) le hace más daño aún.
Su deseo de enfrentarse a rivales de categorías inferiores como Charlo o Crawford ensucian su legado.
Pero es su desempeño personal en estos últimos combates lo que hace que el Canelo Álvarez pierda continuamente gran parte de su credibilidad, por mucho que los Turki o Suleiman se empeñen en respaldarlo.
Lo digo ya sin cortapisas: el Canelo Álvarez se ha convertido en un campeón de paja.
Marcos Nogueroles Hernández
