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Por Jesús de Santiago Enlund La pelea de anoche que enfrentó al boricua Miguel Cotto (39(32)-4-0), y al peleador argentino, Sergio "Maravilla" Martínez (51(38)-3-2), despertaba en mi dos sensaciones contrapuestas que me tenían bastante azorado: por un lado, la emoción por el enfrentamiento entre dos de los campeones más grandes que tiene el boxeo en la actualidad, pero por otro, el miedo, la preocupación porque alguno padeciera una de esas derrotas definitivas, fatales para una carrera. Sin duda, el elemento que más pavor me inoculaba era el estado físico de Martínez, en concreto esas rodillas que tantos problemas le han causado en los últimos tiempos. Lamentablemente, vista la pelea, no solo puedo aseverar que la salud de Maravilla no era la mejor, sino que su tiempo en el boxeo ha terminado. Luego de una exhibición por todos inesperada, el ya campeón en cuatro categorías (primero en la historia de su país), Miguel Cotto, destruyó a su rival sin palitaivos, obrando que no pudiera retornar al ring en el décimo. Un KOT en el noveno, no solo merecido, sino desolador, como lo es siempre que una estrella se consume en el firmamento. Cotto voló y Maravilla cayó. El comienzo del combate fue sorpresivo para todos. Cotto, quebró a Maravilla con una mano abajo que lo llevó a la lona en el primer round. Frío, y desubicado, todos los golpes subsiguientes lo arrastraron de nuevo a besar el piso en lo que parecía significar un final precoz de pendencia. Empero, Sergio soportó estoicamente el castigo, y logró llegar a su esquina. Tocaba recuperarse, intentar romper el ritmo de su rival, pero Cotto, en fin, estuvo colosal. Siempre concentrado, sin perder al argentino del punto de mira, presionando, caminando hacia adelante, como un autómata irrefrenable. Poco importaba que Sergio buscara desplazarse y conectar algunas manos, Miguel era más rápido, mucho más rápido, , lo que se tradujo en más manos por su parte, ofensiva contra la que Maravilla no tuvo respuesta. El campeón siempre estuvo muy débil de piernas, demasiado, circunstancia que no solo le imposibilitaba llevar a cabo el boxeo que acostumbra, sino que lo erigió como una figura endeble que ante cualquier mano bien dirigida, parecía que se iba a vencer. Pero Sergio es un campeón, en el quinto round pudimos vislumbrar algo de ese boxeo suyo tan extraordinario, pero fue un espejismo. Cotto recobró al control, y borró el mapa a su contrincante, que por decisión de su entrenador, no salió al último segmento de la pelea, con el ojo derecho destrozado, y la moral hundida, no tenía ya ningún sentido. Es cierto que Maravilla no se presentó ni mucho menos en su mejor versión, algo que ya habíamos podido intuir por alguna de sus declaraciones previas a la porfía, sin embargo esto no debe empañar ni un ápice la pelea ejecutada por Cotto. El boricua ha cambiado, ha recobrado de la mano de Freddie Roach el trabajo y la constancia, lo que aunado a su excelso nivel y terrible pegada, lo convierten, de nuevo, en uno de los referentes máximos del boxeo mundial. Es cierto, Sergio no estuvo fino, pero sigue poseyendo la capacidad de desvencijar a cualquier rival con un fogonazo de su calidad. Cotto no le dio posibilidad alguna, estuvo inconmensurable, y por ello es hoy el campeón medio del WBC, su cuarta categoría. El futuro se antoja nublado para uno, y de nuevo brillante para el otro. Maravilla debe retirarse, por respeto a su legado, a su calidad, a sus fans, y a su futuro ajeno al boxeo. Debe cuidar su salud, ya ha dado mucho a este deporte y arriesgarse, cuando ya no está en condiciones a sufrir más castigo del necesario, me parecería un error flagrante. Me imagino, claro, que se trata de un paso desgarrador, pero cuando la noche te abraza, siempre llega el momento de descansar porque tu cuerpo lo necesita, momento que antes o después, siempre termina llegando. En cambio para Cotto se le abren muchas puertas, Floyd Mayweather vería genial concederle una revancha ya que en materia de marketing la pelea se vendería sola. Pacquiao también necesita rivales, y llamará a la puerta de Miguel, no tengo dudas. El dominador del medio, Gennady Golovkin, también lo buscará, sin olvidarnos del Canelo, que siempre ha buscado enfrentarlo. Cotto encara los últimos años de su carrera con un gran abanico de posibilidades, opciones todas ellas con su complicación, pero que con este nivel, no son ni mucho menos quiméricas.

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