Canelo vs Angulo – Solo Boxeo

Por Jesús de Gregorio Enlund Decepción, eso es lo que siente este aficionado respecto a lo que pudo ver anoche en Las Vegas, Nevada, en un evento estelar que no fue tal por uno de los contendientes. Porque, si antes de la pelea, lo esperado era asistir a un combate en el que Saúl "Canelo" Álvarez(43(31)-1-1), tendría que sudar tinta para doblegar la fiereza de un incansable peleador como lo es Alfredo "Perro" Angulo(22(18)-4-0), tuvimos que asistir, en su lugar, a un ejercicio de entrega pugilística, en el que Angulo no puso mayor oposición que su rostro, faz que acabó hecha un auténtico cuadro. No hubo rival, ni color. Canelo manejó el combate a la perfección de principio a fin, llevándose la victoria en el 10º con polémica, por lo precipitada (para algunos) intervención del árbitro, pero justa sin discusión. Canelo destruyó a Angulo Voy a ser franco, hay varias cosas que me enervan de este deporte que tantas pasiones despierta en mi interior: los desmanes de las promotoras, la incompetencia de los jueces, la poca profesionalidad de algunos peleadores... pero por encima de todas ellas, no puedo evitar soliviantarme cuando asisto a un ejercicio de irresponsabilidad premeditado que pone en riesgo la salud de uno de los contendientes. La puesta en escena de anoche por parte de Angulo es una de esas burdas interpretaciones que apuestan por un presente sin pensar en el día de mañana. Salió al cuadrilátero para recibir, recibir, y recibir, con la intención, se presupone, de aprovechar el agotamiento del rival para poner réplica apoyándose en su capacidad para soportar el dolor. Preconizo como el que más a aquellos boxeadores que demuestran valentía, agallas y procacidad en el ensogado, pero cuando su estrategia esta cimentada en poner en riesgo su salud, me veo en la obligación de alzar la voz. Lo queramos ver o no, este deporte no va a sobrevivir al paso del tiempo mientras se permita que esquinas y preparadores aleccionen a sus pupilos con el mantra de soportar castigo físico sin pensar en su bienestar físico como ocurrió ayer con Angulo y su entrenador, Virgil Hunter. Por supuesto, contra un rival endeble, que no solo salió al encordado a parar golpes con el rostro, sino que demostró una extraña y para muchos sospechosa, debilidad en el golpeo, Canelo se exhibió. Mucho más rápido, certero y comprometido, golpeó a su rival de todas las maneras habidas y por haber, mezclando control de la distancia con trabajo al cuerpo. En los albores del combate, vimos al mejor Canelo, basculando bien, dominando, y disfrutando. ¿Destacó más por la inoperancia del rival? Por supuesto, pero no exclusivamente. Canelo es, y va a ser un gran boxeador, seguramente no alcance la categoría de leyenda, pero mal hacemos si pretendemos que cualquier mexicano con talento sea Julio César Chávez. Saúl es un boxeador con un potencial tremendo, muy completo, capaz de golpear con ambas manos, buena actitud y disciplina de trabajo, por lo que sigo sin entender el porqué de la inquina que gran parte de la afición alberga contra su figura. Regresando a la pelea, mientras Saúl se notó fresco, dominó a placer, si bien es cierto que a partir del ecuador de la pendencia, mostró cierto agotamiento, circunstancia que no es la primera vez que le ocurre. En esa tesitura, Angulo pudo llevar a cabo su estrategia, es decir, soportar los golpes, conducir a su rival contra las cuerdas y batirse en el "in-fighting". Sin embargo, ninguno de los golpes este logró conectar al Canelo pareció surtir efecto, permitiendo al joven mexicano adquirir incluso una postura bravucona y provocadora que contra un rival de mayor enjundia, sin duda le habría causado mayores problemas. En el amanecer del décimo asalto, con Angulo hecho unos zorros, Canelo liberó un terrible upper de izquierda que llevó al tercer hombre, Tony Weeks, a detener la pelea. En pie, y sin un daño irreversible(aparentemente), el Perro se mostró enojado, como toda su esquina, y el público, demostró su disconformidad por medio de unos atronadores abucheos. ¿Angulo tuvo que salir en camilla? No, ¿eso implica que Weeks se precipitó? Personalmente, creo que tampoco. Entiendo el enfado, comprendo la frustración de un guerrero como Angulo, que si de él hubiera dependido, habría seguido en pie hasta exhalar su último aliento, pero no tenía sentido continuar. Canelo golpeaba cómo y dónde quería, y Angulo no parecía tener posibilidad alguna, por mucho que esto sea boxeo, de dar la vuelta a la pelea. A los fanáticos que vomitan sobre Weeks, les recomendaría mirar a la esquina de Angulo, y al propio Perro: no se puede permitir que suban a los cuadriláteros boxeadores, por pundonor y estoicidad que tengan en sus entrañas, irresponsables. Apoyo el dramatismo y lo épico como el que más, pero con sentido. Valoro a Angulo, me parece encomiable su osadía, su capacidad para soportar el dolor, pero recibió suficiente, y del mismo modo, espero que alguien le diga que ha recibido ya demasiado durante su carrera. Canelo salió airoso de una prueba que parecía, a priori, más dura de lo que lo fue finalmente. Toca mirar al futuro, un horizonte en el que se debe encontrar con el salto definitivo al medio para continuar con la evolución natural de su físico. Hasta próximos artículos, lectores. Un saludo.

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