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Por Andrés Pascual Se puede decir que estos últimos días han sido trágicos para el boxeo; no recuerdo tres tragedias en tan poco tiempo y he leído y escuchado hablar sobre muertes en el ring muchísimo: dos peleadores muy jóvenes por efecto de golpizas y un accidente pusieron de luto al pugilismo en muy breve tiempo una de otra. En Baltimore, donde se efectuó una buena cartelera anoche, se les rindió tributo, Q.E.P.D. Sin ningún tipo de contradicción, los peleadores cubanos han perdido más en las oficinas que sobre el ring: la promoción desleal e indecente basada en “no venden”, para lo que se han valido de opiniones de un fanático predispuesto, que los ataca gratis porque “corren”, pero que se ofende cuando oyen o leen que al Canelo le han arreglado peleas y arrojó un positivo, ha sido el colmo de la falta de respeto; sin dudas que la inacción ha mellado a algunos más que los golpes que les han dado, por cierto, muy pocos. Anoche Gamboa noqueó a Rocky Martínez en la capital de Maryland en menos de 3 rounds, el antillano se ocupó rápido del asunto y resolvió a base de combinaciones un pleito en el que, siendo honestos, el boricua tuvo muy pocas respuestas, dando la impresión de que está algo más allá de la mitad del camino hacia la liquidación, pero el antillano ganó por nocao, impresionando gratamente a quienes veían cómo se apagaba poco a poco su clase. Sin embargo, quien debe ser su oponente lógico, que también ganó por nocao contra el itsmeño Núñez en la cartelera de anoche en Baltimore, pudiera resultar harina de otro costal, una vez que este joven está hambriento de fama y fortuna y es campeón del mundo. Los reflejos de Davis función a la perfección, hoy por hoy es un poco más rápido que Gamboa, pega y sabe boxear. Ajeno al paisanismo, a la efusiva conclusión de desear una victoria de Gamboa por tal razón, lo que debe interesar es que, si se produjera el pleito, pudiéramos estar ante una joya del boxeo como hace rato no se disfruta, razón para esperarla, con toda la razón del mundo, como “una que sí se quiere ver”. Como todo, en análisis aparte, pudiera ser un peleón o un desastre por encaje de estilos, el tipo de combate en el cual, desde que suena la campana inicial, ambos contendientes ponen en fase de extrema seguridad la artillería personal por exceso de cuidado; sin embargo, me parece que será una pelea buena aunque concluya por nocao, que no ha sido el final vía anestesia general capaz de opacar, digamos que 8, 10 o 12 rounds de buen boxeo nunca.

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