Por Ariel Lomasto

Uno de sus directores, Leonardo Odierna, tomó la obra de Alfredo Megna y aportó lo que él considera su mayor objetivo: “creo que el hecho de resaltar la figura de los otros personajes más allá del propio púgil fue mi mayor logro como director ya que el texto llegó a mi cuando estaba a punto de estrenarse y ser dirigida por el propio actor que tenía todo más o menos trabajado”, dijo Odierna. Bengala se estrenó en el 2007 en el teatro IFT de la Ciudad de Buenos Aires y recibió muy buenas críticas de los medios especializados. Respecto a la actuación de Navarría agregó: “no tiene techo, se preparó durante dos años en la gimnasia del box, hace un trabajo físico extraordinario, conoce y tiene incorporado todos los aspectos que rodean la escena y eso le permite explotar día a día su brillante talento”, afirmó el director de la pieza.
Una obra de teatro referida al boxeo casi necesariamente debe ser un unipersonal pues es todo un símbolo de la vida de un púgil tanto sobre el ring como fuera de él. La soledad, los tiempos de espera, el entrenamiento silencioso y arduo, son algunos de los aspectos que resaltan aún más el individualismo del deporte. “Bengala” es el apodo del púgil, es una luz que en los momentos duros del combate el boxeador ve o imagina. Una luz efímera, acaso tan efímera como la carrera del peleador.
El ring y el escenario son casi la misma cosa. El escenario de “Bengala” es un ring, pero un ring sin sogas.
Ariel Lomasto
lomastoariel@yahoo.com.ar



1 comentario
Hola!….¿Alguien està en casa?…..