Por Ariel Lomasto

Entre las distintas aventuras que pasan por aquellos días de nómade sus “actuaciones” en un circo (donde lo llaman Kid Ñandubay), lógicamente errante, son las que reflejan exactamente esos aspectos sociales que transformaron a Bernardo Kordon en lo que fue.
El relato, que bien puede llevarse a las imágenes tal cual se hizo con Alias Gardelito del mismo autor (Lautaro Murúa, 1961), es una de las joyas de la literatura argentina de todos los tiempos y para los amantes del boxeo es un honor que así sea. La relación entre el pugilismo y el circo es vieja y puede ser tema de otra charla, pero como lo plantea Kordon pasa a ser única. El final queda en un segundo plano luego del deleite que genera el desarrollo de la trama: las penurias, los engaños, la explotación, los desplantes, las ilusiones y las frustraciones son algunos de los sentimientos que el autor traslada a los lectores y los atrapa.
“Kid Ñandubay” es un cuento digno de leerse y digno de tomarse como ejemplo de la más exquisita narrativa argentina de todos los tiempos y Bernardo Kordon es un escritor que con su lenguaje sencillo hace que sus palabras se transformen en el reflejo más profundo de una sociedad que usa y abusa de las ambiciones ajenas.
Ariel Lomasto
lomastoariel@yahoo.com.ar



2 comentarios
Muy buena nota. Bernardo Kordon es un gran escritor, un poco olvidado. Respecto a la relación del box y el circo tengo la impresión que este deporte es lo mas cercano a un espectáculo estilo circo romano de la actualidad. Sin embargo ahora que recuerdo el kick boxing lo supera.
Felicitaciones y saludos de un simpatizante del boxeo a la espera de Martínez Vs Chávez
Que buen escritor!!! NO SE PIERDAN “VENNCEDORES VENCIDOS” ahi esta todo. Una novela magnifica!!