Por Ismael Rubio
Antes que Oscar De la Hoya figurara como el máximo generador de números de ventas en PPV, “Iron” Mike Tyson era el rey en ese campo, y aún después que Oscar fuera una gran atracción, el excampeón mundial pesado seguía teniendo como sinónimo la palabra PPV. Oscar a pesar de haber generado para su combate del milenio contra Félix Trinidad la cantidad de 1,4 millones de ventas, no superaba la expectación que generó “Iron Mike” en su regreso a los cuadriláteros cuando ganó por descalificación contra Peter McNelley, y en donde obtendría la cifra de 1,6 millones de ventas de Pagos por Visión.
Al no haber un competidor directo ni en la categoría de los pesados que pudiera discutirle el puesto a Tyson, Bob Arum ya trabajaba en el ascenso de un púgil prometedor, medallista de Oro en Barcelona 92’, y doble campeón mundial, Oscar De la Hoya, quien con tan sólo 23 años de edad, ya se encontraba listo para entrar a la competencia directa con el monstruo del boxeo que era Mike Tyson. Su primer paso era conseguir su tercer correa de título mundial de manos de “El Gran Campeón Mexicano” Julio César Chávez, y así conquistar el mercado mexicano.
Curiosamente para esa pelea, Bob Arum realizó la estrategia de circuito cerrado para atraer espectadores a los diversos hoteles de Las Vegas, incluso ese mismo día una función en el Madison Square Garden tendría como plato principal la batalla entre Chavez y De la Hoya, que se desarrollaría en otro escenario, el Caesars Palaces de Las Vegas, Nevada. Entonces optaron por poner proyectores gigantes para que culminando la pelea de fondo entre el excampeón mundial welter Mark Brendall y Darryl Lattimore, inmediatamente el espectador que se había dado cita en el Garden pudiera disfrutar en vivo del choque entre “El Cesar del boxeo” y el “Golden Boy”.
Oscar De la Hoya vencería por nocaut técnico en el 4to round a un veterano guerrero mexicano, tras la detención del referee Joe Cortéz, esto debido a la cantidad de sangre que le provocara un corte en la ceja izquierda que sufriera Julio en el primer episodio, y que a la larga le causaría problemas de visibilidad. Dicho corte había sido unos días antes provocado por un cabezazo accidental de su hijo Omar. Entonces se vieron en la necesidad de maquillarle la herida a Julio, pues estaba en juego la mayor bolsa de su carrera, que era de $ 9 millones de dólares, y como de costumbre, ya se había gastado mucho dinero en promoción y “El Gran Campeón Mexicano” no podía postergar la reyerta. Lo mismo pasó cuando su pelea contra el zurdo José Luis Ramírez, cuando con un problema en las costillas que le provocaría verse en la necesidad de dejar de entrenar semanas antes de la pelea, y aún así se subió al cuadrilátero exponiendo su salud para no quedar mal ante su público, además que era bien sabido que necesitaba la bolsa para librarse de sus problemas con el fisco en México.
Este resultado trajo como consecuencia que Oscar De la Hoya se perfilara como la figura más importante en el boxeo fuera de la categoría de los pesados, y ya se coordinaba un posible match contra el “Sweet Pea” Pernell Whitaker. Pero había un ingrediente extra que tenía a su favor el Golden Boy, y es que Jesus “Cholain” Rivero -quien fuera el entrenador del legendario Miguel Canto- se estaba haciendo cargo de su preparación, gracias a que Bob Arum quería que su pupilo comenzar a adquirir mas cualidades aparte de las naturales que ya poseía. “Cholain” trabajaba en su defensa, le mostraba videos de Willie Pep, le leía literatura clásica para hacerle comprender la esencia del boxeo. Estaba convirtiendo a Oscar en un boxeador técnico, y ese avance se vio reflejado en su siguiente pelea, que fuera la única defensa que realizó del título mundial superligero del WBC contra Miguel Ángel González.
Ahora era el turno de derrotar a Pernell Whitaker, Arum ya hacía números en la cabeza y creía que esa pelea le generaría una remuneración grande en los Pago-por-Visión. Pero el combate no fue como se esperaba, no estoy refiriéndome a las ventas, que fueron muy buenas, alcanzando 1,25 millones de compras, para obtener la cantidad de 64 millones de dólares en ingresos, Oscar De la Hoya aunque ganó esa pelea, había dejado de ser un peleador espectacular, la pelea fue muy competitiva pero poco vistosa, y ello provocado por el maestro Rivero, quien se estaba enfocando principalmente en mejorar la defensa de Oscar. Fue entonces que Arum tomó la decisión de despedirlo y trajo a la esquina a Emanuel Steward para que junto con Roberto Alcazar -quien no se llevaba nada bien con Rivero- regresaran a Oscar la agresividad con la que se llegó a manifestar mientras se mantuvo peleando en los 135 libras, agresividad que le había acarreado mucha fanaticada.
Después de ello Oscar fue una minita de oro, y aunque a veces su inconsistencia era grande, ya que bien nos podía regalar combates de antología como el que disputara contra el ghanés Ike “Bazooka” Quartey y Fernando Várgas, también realizaba otros tantos muy flojos como contra Javier Castillejo y Félix Sturm –en donde le regalaron la pelea-, y porqué no decir, echaba a perder pleitos que iban por muy buen camino como el que celebrara contra Félix Trinidad –que para mí ganó Oscar de manera clara-, por ponerse a correr en los últimos rounds al sentirse que la victoria estaba ya en su bolsillo. Pero eso pasaba a segundo término, el “Golden Boy” se había convertido en un fenómeno de gran popularidad, y aún con derrotas en su historial seguía mandando en las negociaciones y generando una gran cantidad de dinero, y demasiada expectación alrededor de sus combates.
Se dice que Oscar De la Hoya echó a perder el boxeo, antes que él no podías ganar tanto dinero si no eras un Heavyweight, cuando peleó contra Fernando Vargas, ganó $ 14 millones de dólares, mientras que Vargas la cantidad de $ 6 millones; en la revancha contra Shane Mosley, Oscar ganó mas de 12.5 millones de dólares y a Mosley $ 4.5 millones. De la Hoya después de caer derrotado por KO frente a Bernard Hopkins, tuvo un regreso espectacular en contra de Ricardo Mayorga a quien derrotó por la misma vía. Fue ahí cuando vino lo esperado desde hacía varios años, el “Pretty Boy” Floyd Mayweather estaba en su radar. Antes de esa pelea Mayweather no era nadie en los pagos por visión, su máximo logro había sido generar 350 mil ventas en PPV por su combate contra Zab Judah, pero de pronto, y después de mucho oportunismo se encontraba envuelto dentro del escenario deseado, y que llevaba por nombre Oscar De la Hoya. Se realizó la serie 24/7 de HBO, en donde se podía ver a ambos peleadores en su preparación previo a su combate, eso atrajo mayor atención de los fanáticos, el poder disfrutar del choque entre el mejor peleador “libra por libra” contra “el hombre” en el boxeo, la figura mas representativa en los últimos tiempos, y aunque el pleito no fue sino un espectácu** aberrante, generó record en ventas de PPV por la cantidad de 2,15 millones de compras, superando la marca dejada por Mike Tyson y Lennox Lewis de 1,99 millones en compras. Oscar por ser el promotor de la lucha se aseguraba una suma de $ 23,3 millones de dólares, mientras que Floyd Mayweather $ 10 millones, cifras que aumentaron gracias a los números en las ventas de PPV’s.
En esa idea errónea de que Oscar De la Hoya echó a perder el boxeo, no se considera que él es un fenómeno aislado dentro del mismo, no todos pueden ser la máxima estrella en una era, no todos pueden ser Tiger Woods, o ser un Michael Jordan, o un Michael Schumacher, o un Muhammad Alí, no todos pueden ser Oscar De la Hoya. Y aunque no está mal inspirarse en él, tampoco es bueno pretender manejarse con la misma autoridad y jerarquía como la de este peleador. Oscar era un cúmulo de cosas, que aunadas a una gran promoción e inteligencia para los negocios, logró convertirse en un gigante dentro del boxeo.
Luego del retiro de Oscar De la Hoya, se vinieron los oportunismos y la búsqueda por llenar su hueco y ganar mucho dinero por parte de los peleadores, ahora todos cuando van comenzando quieren como lo hizo Oscar, ganarle a los nombres, y los que ya lo hacen se vuelven igual que tipos como Floyd Mayweather, que pidió a principios del año $ 20 millones de dólares como garantía por pelear contra Shane Mosley en su regreso al ring, o como Manny Pacquiao pidiendo garantía de $ 12 millones por pelear contra Ricky Hatton; por otro lado, quienes apenas comienzan se desesperan en su intento por crecer lo mas pronto posible, vemos a algunos como un Paul Williams, al que no le importa moverse entre varias divisiones con tal de encontrar algún nombre que le eleve su valor en el mercado; o está el caso de un peleador que apenas comienza como Juan Manuel López desesperado por conseguir una pelea contra Israel Vázquez o Rafael Márquez, e igual como Williams, tratando de valorizarse en el mercado, llegando a argumentar que no pelea con x peleador porque no vale económicamente lo que él pretende ganar.
Yo dejo esta pregunta como reflección para el lector ¿ES CULPA DE OSCAR DE LA HOYA QUE OTROS PELEADORES SOLO PIENSEN EN EL DINERO?
5 comentarios
oscar ha dejado huella en el boxeo porque tecnicamente tubo unos años muy buenos, pero al final a ido cayendo por edad y por tener la vida mas que solucionada. ademas siempre a decidido con quien keria pelear algo que no todos pueden hacer. lo que no entendere es porque no dio una revancha contra tito trinidad ya que los dos estaban muy igualados
Pues como sea esta bien guapo y no porque cada quien ase loque quiera de su vida
no trabajamos por dinero, pues ya esta, o lo hara gratis? si se lo pagan e sporque lo vale, y porque lo rentabiliza, todos lo hacemos por dinero, a nivel profesional claro.
oscar de la hoya fue un gran boxeador pero lamentablemente ensucio su imagen con peleas arregladas con el fin de ganar mas dinero, como la ultima con pacquiao que solo fue un circo
Como boxeador fue malo…como pueden ver,no le pudo ganar a grandes como trinidad,hopkins,etc etc….de la hoya fue pura propaganda……………………