
Hace 40 años, el 30 de Octubre de 1974 en Kinshasa, Zaire.
MUHAMMAD ALÍ RECONQUISTÓ EL TÍTULO PESADO
AL NOQUEAR A GEORGE FOREMAN EN EL OCTAVO
Por Simón Piña
En una tensa pelea de trámite sorprendente, el carismático Muhammad Alí echó por tierra los pronósticos al derrotar por nocaut en 8 asaltos al gigante George Foreman y convertirse en apenas, el segundo Peso Completo que logra recuperar la corona de la máxima división.
El mundo entero pudo observar lo ocurrido en el ring instalado en el “Stade du 20 Mai” en Kinshasa, antigua Zaire, ahora República Democrática del Congo. Contra lo que se esperaba, Alí utilizó una táctica, aparentemente suicida, de esperar y aguantar la carga del rudo pegador George Foreman, logrando cansarlo hasta poder conectarlo en la mitad de la pelea y tirarlo a la lona ante el asombro de los presentes en Kinshasa y los millones de televidentes.
Ninguno hizo lo que había prometido
Alí había prometido doblegar a Foreman a base de velocidad y buen boxeo, pero esto fue lo menos que hizo. En su lugar, se recostó de las cuerdas, se cubrió el rostro con sus guantes y soportó el rudo castigo que le propinó Foreman en las costillas y en los riñones. Tampoco se esperaba de Foreman este ataque ciego, lanzando los golpes sin ton ni son y donde cayeran. Se creía que lanzaría sus ataques a lugares específicos y tratando de dosificar las energías.
Ninguno de los dos cumplió con lo dicho a la prensa en los encuentros previos y una pelea que se esperaba fuera un duelo entre un estilista y un pegador, se transformó en algo muy distinto, donde, en verdad, no prevaleció la calidad y el buen boxeo ni un ataque coordinado, destructivo y espectacular.
Si el trámite fue sorprendente; no se diga el resultado. Foreman se cansó de lanzar puños sin orden ni concierto ante un Muhammad Alí que exhibió un aguante inaudito. Agotado, Foreman ya no se preocupaba de cubrirse o de nto y menos alerta, Foreman comenzó a ser presa fácil de los puños de Alí, quien ya empezaba a tomar confianza y se atrevía a asomar la cara fuera de su ferrea guardia y lanzar algunos contragolpes.
El inesperado final
En el séptimo y octavo, ya las cosas tomaban el rumbo que luego sería definitivo, cuando Foreman lanzaba sus puños, casi sin ver, mientras que Alí encontraba espacios para colocar los suyos. De pronto Alí sacudió a Foreman con un par de puños que parecieron dañar al fornido Campeón. Desconcertado por el castigo, el monarca descuidó su guardia mientras salía de las cuerdas. Alí, cómodamente, apuntó su derecha y la incrustó en la boca del agotado Campeón quien se fue de cabeza hacia la lona.
Largo a largo y de cara a las lámparas, Foreman permaneció algunos pocos segundos acostado en la lona. Todos estaban atónitos. Alí, desde un rincón, observaba expectante. El referee Zachary Clayton adelantaba la cuenta y pareció que aún no llegaba a 10 cuando ya Foreman estaba de pie frente a él. Pero, en un decidido gesto, dio por terminado el encuentro.
Alí fue apenas el segundo, después de Patterson
Sin embargo, nadie de su esquina reclamó y, años después, el propio Foreman le daría la razón a Clayton al aseverar que nada hubiera hecho con dejar seguir la pelea porque él estaba demasiado agotado. Así Alí se convertía en el segundo peso Completo que recuperaba la corona de la división luego que muchos grandes fracasaron en el intento. Dempsey, Louis, Baer, Liston, Schmelling, Patterson, Charles, Walcott habían fallado convirtiendo el objetivo casi en una maldición.
Pero, de estos, sólo el cordial Floyd Patterson pudo el 20 de junio del 60 en el histórico y desaparecido Polo Grounds de Nueva York, lograr el retorno con un espectacular nocaut sobre el sueco Ingemar Johansson quien quedó en la lona con espasmos en su pierna derecha mientras un mozo Arthur Mercante completaba el conteo de 10.
El 26 de junio del 59, en el Yankee Stadium, Johansson había derribado a Patterson, 7 veces en el 3er round para arrebatarle la corona de la máxima división. Se recuerda como un record las siete veces que cayó Patterson a la lona antes de que el referee Ruby Goldstein la detuviera.
Este retardo en detener peleas que ya estaban definidas –costumbre en la época-, le trajo un gran problema a Goldstein el 24 de marzo del 62 en el Madison Square Garden cuando Emile Griffith noqueó en el décimo round al cubano Benny Kid Paret. Goldstein permitió que Griffith conectara varios golpes demás a Paret quien perdió el conocimiento en pleno ring y murió varios días después. Muchos culparon a la parsimonia de Goldstein por el excesivo castigo recibido por el cubano y por el desenlace fatal.
Pero ahora Alí había retornado al trono y con él, una nueva emoción para el peso Completo y el boxeo en general. Aparte de sus conocidos “enemigos a muerte”: Joe Frazier y Ken Norton, con quienes aún tenía deudas pendientes, había otros retadores como Lyle, Shavers, Young que eran rivales interesantes para el líder musulmán. También aceptó retos de peleadores de origen europeo y se presentó en distintos escenarios, diferentes a los tradicionales en los Estados Unidos. Pese a todo, nunca habló de una revancha con Foreman.
¿Qué hizo después, Foreman?
Este descansó el resto del 74 y todo el 75 para volver con nuevos ímpetus –aunque con la aureola de invencible un poco arrugada-, enfrentando al peligroso Ron Lyle el 24 de enero del 76 en el Caesar´s Palace de Las Vegas. En lo que fue una batalla campal, Foreman y Lyle se lanzaron varias veces a la lona antes de que Big George dejara tendido a su rival semi inconsciente en el 5to round. Esta salvaje refriega fue designada “Pelea del Año” en el 76.
Luego dio la revancha a Joe Frazier y lo noqueó en el 5to asalto. Noqueó también a Scott Le Doux, a Dino Denis, a Pedro Agosto. Hasta que el 17 de marzo del 77 en el Coliseo Roberto Clemente de San Juan de Puerto rico, perdió una decisión unánime en una trepidante pelea con el norteamericano Jimmy Young. Aquí se produjo el primer gran retiro de Foreman. Estuvo dedicado a la prédica religiosa y también a la comercialización de unas parrillas para hamburguesas con lo cual ha ganado más dinero que en el mismo boxeo.
Reapareció 10 años después y llevó a cabo otra extensa campaña de 10 años. Aún más larga que cuando debutó en profesional y llegó a Campeón en Jamaica noqueando a Joe Frazier en el 73. Esta vez peleó muchas veces –incluso perdió una pelea titular con Evander Holyfield-, hasta que el 5 de noviembre del 94, noqueó en el MGM Grand de Las Vegas al zurdo Michael Moorer en 10 rounds. Esto lo convirtió en un hombre record en el boxeo al conquistar la corona de los pesados con 45 años y faltando apenas un mes y cinco días para cumplir 46.
Por unas diferencias con autoridades boxísticas fue despojado de ese título y se despidió del boxeo con una derrota por decisión ante Shannon Briggs el 22 de noviembre del 97 en el fastuoso hotel Taj Majal de Atlantic City, propiedad del célebre magnate Donald Trump.
Alí siguió brillando
Entre ese 30 de octubre del 74 y el 11 de diciembre del 81, fecha de su definitivo retiro, Alí peleó 14 veces, con 11 triunfos y 3 derrotas. En todas menos una –la última con el canadiense Trevor Berbick-, se disputó el título mundial de los Pesados. Tuvo entre esas, épicas peleas como las de Joe Frazier en Manila. Que es considerada una de las grandes guerras de la historia.
También enfrentó en el Yankee Stadium –última pelea en ese recinto-, el 28 de septiembre del 76 al siempre duro Ken Norton quien, como en otras ocasiones le dio dura batalla antes de caer por cerrada decisión. Noqueó en 11 a Ron Lyle en pelea que iba perdiendo en las tarjetas. Al recio pegador Ernie Shavers le ganó una discutida decisión el 29 de septiembre del 77 en el Madison Square Garden.
La decadencia de un Campeón
Fue sorprendido el 15 de febrero del 78 por el novato Leon Spinks en el Hotel Hilton de Las Vegas y perdió la corona por decisión. La recupero exactamente 7 meses después en el Superdome de New Orleans al vencer a Spinks por puntos. en una deslucida pelea en la cual capturó la corona por tercera vez. Ya se le notaban los años y no era el mismo.
Se retiró, pero volvió dos años después, a retar a su antiguo sparring, Larry Holmes quien reinaba en los pesados, estaba invicto y vivía su mejor momento. La pelea fue un lamentable espectáculo por parte de Alí. Viejo y cansado, no fue capaz de ganar ni un round al joven y alerta Holmes que en todo momento le tuvo consideración y se negó a castigarlo con intención de noquearlo. Alí no salió para el décimo y así se acabó aquel sufrimiento
.
Pero todavía hizo otro intento de volver ante el poco brillante jamaiquino-canadiense Trevor Berbick. La pelea fue en Nassau, Bahamas y allí Berbick terminó de enterrar –en una pelea gris-, las esperanzas de un Alí completamente ido del boxeo.
Pero, al cumplirse 40 años de la batalla de Kinshasa, es bueno recordar al sorprendente Alí que fue capaz de soportar los rudos golpes del potente George Foreman y someterlo a base resistencia y una increíble estrategia. Hoy, el gran Alí, lucha con dignidad con el terrible Mal de Parkinson ante el cual sigue demostrando la valentía que exhibió en el ring.