Autor: REYNALDO SÁNCHEZ / CARIBE PROMOTIONS
FOTOS: Reynaldo Sanchez
Fecha: 1/24/2012
Texto y Fotos: Reynaldo Sánchez
A veces nos resulta muy difícil llegar a descifrar, qué pasa por la mente de un boxeador no solo en los días previos a una pelea de campeonato mundial, sino también en el mismo día del pesaje y menos aun la noche de la pelea. La semana anterior, pase mucho tiempo a lado de Guillermo "El Chacal" Rigondeaux, me pregunte en varias ocasiones hasta donde puede un atleta emitir alguna señal que nos indique eso que pasa por su mente en esos días. Al final, solo pude comprender que hay un punto en el que las presiones por el peso y la ansiedad por la pelea misma, al menos en el caso de Rigondeaux es algo muy ligero y hasta banal. Pero que para otros como yo, resultaron una enseñanza.
Luego, me plantee la posibilidad de que todo su historial en el boxeo amateur y la enorme cantidad de peleas alrededor del mundo en diferentes torneos y JJ.OO. le había proporcionado Al Chacal, ese temperamento que por momentos me pareció era producto de su sangre fría.
Sin embargo, como anécdota de aquellos momentos con el ahora campeón mundial súper gallo de las 122 libras, me quedó una dura experiencia y lección. La tarde del pesaje, los manejadores de Rigondeaux llegaron al Palm Resort de Las Vegas, con una sorpresa para su peleador. Se trataba de un juego de joyas compuestos por reloj, cadena con un enorme rostro de Cristo y un pulso, engarzados en oro negro y diamantes del mismo color.
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