Luego vinieron las noches trepidantes en las que mi padre me despertaba de madrugada para ver aquel frenético y habilidoso muchacho que derrotaba uno detrás de otro a tipos que, por lo que relataba mi señor padre, eran autenticas murallas de hechas de fuerza, voluntad y mucho boxeo.
Ahora echando la vista atras repaso la hoja de ruta del Chico de Oro y es la fiel estampa de lo que sucedido en el pugilismo en las últimas dos décadas, en las manos y el rostro de Oscar están trazadas las lineas que dibujan la historia reciente de nuestro deporte.
Tristeza, si cabe mas tristeza que cuando las cosas no iban bien y los buitres se cebaban en su humanidad para llenar papel cuché con mas veneno que tinta, así me sentí el pasado 15 de Septiembre, triste.
Siempre pensé que cuando uno ha tocado el cielo y el suelo con las manos, percibe y siente la realidad ,de manera, cuanto menos distinta, después de haber embolsado mas que ningún otro pugilista a lo largo de su carrera, cuando Oscar fundó Golden Boy Promotions hace ya una decada, creí, supongo que víctima de las reminiscencias de la infancia, que salvaría un deporte al que Don King y Bob Arum entre otros estaban expoliando de legitimidad y honor.
El pasado sábado tras cubrir el combate por el titulo Mediano del Consejo, sabiendo a lo que me enfrentaba me dispuse a visualizar uno tras otro los videos de los combates que Golden Boy Promotions había ofrecido simultáneamente a la velada vecina.
El combate de fondo, tal como esperaba calló como una losa sobre mi espalda, mis peores presagios y advertencias se vieron cumplidos.
Como un reo conducido a su ejecución Josesito avanzaba al cuadrilátero, su cuerpo desvirtuado lucia hinchado, su rostro era el de otro hombre y sus ojos mostraban la fe y alma de quien se arroja a un precipicio cuyo fondo desconoce.
Una y otra vez calló “Josesito”, mientras los presentes vitoreaban a un muchacho de 22 primaveras que por momentos no quería castigar mas, Josesito termino en pié, cuando en el quinto asalto un haz de humanidad iluminó al referí para finalizar el “combate”.
Ahora Josesito, descansará en su casa junto con los suyos, sabiendo que fue el único alma en las 14000 localidades del MGM, ¿Acaso alguien piensa, que pudo decir NO a Oscar de Hoya?, no es dinero, es poder.
“Josesito” Lopez es un boxeador que debería haber llegado al MGM por su propio pie para vivir una noche de gloria en las 140lb , no empujado como cristiano a los leones, frente a un pugilista 14 libras mas pesado que él. Las derrotas de Josesito, hasta la fatídica noche de los hechos, eran una moneda lanzada al aire que podía haber caído de cualquier lado, ahora mas que nunca, tiene el respeto de los que amamos este deporte.
Acuso al Consejo Mundial de Boxeo con señor Jose Sulaiman a la cabeza de ser complices de esta atrocidad, el pasado 15 de Septiembre se escribió una de las mas tristes paginas en la historia de este deporte y en su conciencia queda haberla rubricado, solo la fortuna evito una desgracia mayor.
El infortunio se cebo con los rivales Saul Alvarez, pero le puedo pasar un listado de 20 superwelters y otros tantos medianos, que hubieran subido al menos, en igualdad de condiciones para enfrentar a la estrella de Golden Boy, las circunstancias no atenúan ni justifican lo sucedido.
Notese, no critico ni acuso a Saul, no es mas que el hacha en la mano del Verdugo, esta nota no habla de boxeo, si no de humanidad, honor y honestidad, virtudes que cuesta mucho esfuerzo atesorar y solo unos instantes perder.
El pasado sábado, sentado en su butaca, Oscar se me hizo pequeño, muy pequeño, mas incluso que aquel muchacho de 11 años, que le observaba en el televisor aquel verano del 92.
@Luis_EPS