Gamboa a dura prueba el 14 de abril
¿Volverá a repetirse la historia?: en 1964, Vicente Zaldívar no hubiera tenido la mínima oportunidad contra el cubano Ultiminio Ramos si este no hubiera confrontado enormes problemas para hacer las 126 libras, lo que creyó Cuco Conde que resolvería con una dieta japonesa exagerada y extraña, que dejo muy débil al antillano para enfrentar a un peleador que, aunque fuerte y con pegada, en condiciones normales nunca hubiera podido terminar de pie ante el campeón, pero que el día del brutal y sangriento pleito, sus condiciones no tenían lo mínimo de normalidad, entonces no pudo salir al onceno por la acción de los golpes recibidos y del extenuante esfuerzo para continuar desde el mismo primer asalto, en que estaba perdido por agotamiento y deshidratación.
El 14 de abril subirá en Las Vegas el cubano Yuriorkis Gambos contra el estadounidense Brandon Ríos, pudiera ser una pelea capital para el cubano, porque, si gana, no se apeará del encerado como campeón mundial pluma.
El pleito es especial y, si el oriental pierde, pues dejará sobre el ring el cartel que deberían protegerle para compromisos de riesgos menos inútiles y más efectivos contra algún contrario que le deje los dividendos que se buscan, entre estos, una faja de campeón, porque es difícil convencer a alguien de que un peleador es lo mejor de su peso sin un cinturón. Hasta ahora, solo con Maravilla Martínez se hace la excepción.
Pero Ríos está confrontando problemas para hacer las 126 libras, porque mide 5’8 y su cuerpo le pide más peso para sentirse cómodo, por que lo se puede decir que es un junior welter atrasado a la cañona, al que someterán a una dieta tan rara como aquella nipona de Ultiminio en 1964 que, por lo general, cumple efecto negativo, porque, si bien pudiera pesar como un 135 dos días antes del combate, quizás lleve 147 ½ en su anatomía o, quién sabe, la noche del encuentro, lo que puede ser bueno o malo.
Lo único que justifica que se haya aceptado esa pelea por los manejadores del cubano es por lo escasas que se le presentan no solo a Gamboa, sino a todo el grupo de antillanos activos en el pugilismo profesional.
Es un peligro y el riesgo quizás era inevitable como tal, a Gamboa lo puede ayudar, más que su velocidad, que se maltrate el organismo de Ríos con la dieta y se presente débil y lento.
Estamos ante el caso de un pluma natural contra un junior welter reducido a la fuerza que puede subir como welter o como superwelter, vamos a ver si el criollo puede imponer su extraordinario boxeo y su velocidad de piernas y manos y niega con una victoria por cualquier vía el viejo postulado, tan reafirmado en el ring, de que “un peleador bueno de menos peso y estatura, no puede ganarle a otro que pese más y sea más alto…” En 1973, Monzón le enseño a Cuco y a Mantequilla cómo se pagan estos errores de malos cálculos. Sin embargo, Ultiminio casi muere en México en el intento por defender su campeonato.